Alfareros / Amozoc, Puebla
Cuando se habla de artesanías de barro en México, generalmente pensamos en mujeres alfareras, tanto en Oaxaca como en el estado de Puebla. Sin embargo, hay hombres dedicados a la elaboración de diversos objetos de barro en Amozoc, Puebla, famoso precisamente por sus artesanías de barro. No es difícil ver columnas de humo en diferentes puntos del pueblo, señal de que allí hay un taller artesanal con horno tradicional de leña.
De esta forma me acerqué a uno, donde efectivamente estaban preparando la quema de ese día, apilando decenas de cazuelas y ollas de barro. En esta zona de Puebla, se elaboran las grandes ollas de barro, para preparar todo tipo de guisos, pero estando en aquel estado, uno no puede pensar sino en la variedad de exquisitos moles de la región.
Hay talleres que adquieren el barro ya listo para ser utilizado en el torno. Este en particular, es un taller donde consiguen la materia prima en cerros no tan cercanos, y lo preparan en grandes piletas. Ahí mezclan la tierra con agua, la van colando hasta obtener ciertas cantidades de barro en masa para mezclarlo con piedras molidas a manera de fijador.
Un hombre se sumerge hasta la cintura en aquél líquido café, moviendo sus piernas con ritmos constantes y fuerza suficiente para hacer la función de una mezcladora. Una vez obtenida la masa de barro, la juntan en un cuarto especial para dejarla secar un poco, lo suficiente para que adquiera una textura un tanto más dura y puedan proceder a amasarla con los pies descalzos.
Este es un momento especial, ya que los más jóvenes son los encargados de realizar una especie de danza en círculo, pisando la masa una y otra vez.
Estos artesanos utilizan moldes, y para los acabados usan tornos rústicos con una rueda de madera. En general, la técnica es la misma en toda la región, así como el método de cocimiento en los hornos de leña. El acomodo de las piezas en el horno es meticulosa, pues tiene que haber un orden por tamaños para que se optimice la capacidad del horno, el cual es una cavidad circular bordeada por piedra y con un desnivel para que pueda colocarse y prenderse la leña desde la parte inferior de la construcción. Un humo negro y denso cubre las inmediaciones del taller por varias horas. Toda vez que el fuego hizo su tarea, son retiradas las piezas con extremo cuidado y finalmente dispuestas para su terminado o pintado.

















